

Generadores refrigerados por aire:
Utilizan pequeños motores diésel (generalmente de 1 a 2 cilindros) refrigerados por ventiladores que impulsan aire directamente sobre el motor. Son comunes en unidades pequeñas. Requieren una instalación abierta debido al ruido, presentan un diseño simple, baja tasa de fallos, fácil arranque y bajo consumo de combustible/ventilador. Evitan los riesgos de congelación o sobrecalentamiento, requieren poco aire y son más fáciles de mantener. Ideales para zonas de gran altitud, secas o frías, ya que no requieren agua, lo que elimina los problemas de ebullición o congelación. Sin embargo, debido a las limitaciones del calor y la tensión, su potencia de salida suele ser baja.
Generadores refrigerados por agua:
Utilizan motores diésel de mayor tamaño (p. ej., de 4, 6 o 12 cilindros). El refrigerante circula interna y externamente, con un radiador y un ventilador que disipan el calor. Es común en unidades grandes. Su estructura es más compleja y difícil de construir, con mayores exigencias ambientales. A gran altitud, es necesario reducir la potencia y usar aditivos refrigerantes para ajustar los puntos de ebullición y congelación. La refrigeración por agua es más eficiente, lo que permite un tamaño y peso más pequeños para una potencia equivalente en comparación con las unidades refrigeradas por aire, con una transferencia de calor superior. La mayoría de los generadores grandes se refrigeran por agua.